Una vida, un amor, una risa y un quiebre.
Cosas que siempre ocurren en nuestras vidas,
y que, generalmente, las marcan o dejamos que lo hagan.
El ser humano posee muchas habilidades y debilidades.
El problema más antiguo y protagonista de las vidas de todo ser humano,
es el no aplicar sus habilidades en favor de su felicidad existencial, de derribar esas debilidades que nos traban y hacen ver imposibilitada nuestra felicidad.
Suena tan utópico y a la vez sencillo de realizar,
el hecho de que la solución a nuestros problemas, está nuestro perfecto alcance.
Pero no lo entendemos, o tal vez si, si lo hacemos,
pero a veces nos es más fácil y hasta placentero, quedarnos sin hacer nada, disfrutando de la agonía que nosotros mismos
nos inventamos.
El sufrimiento por amor o por una pérdida valiosa, es un factor fundamental en la posibilidad que le damos a nuestra vida, de autodestruirse.
No hay nada más cruel que la mentira, o más bien, el engaño propio.
Eso de engañarnos pensando que hay cosas que no tienen solución,
pero saben qué, muchas veces la solución a nuestras vidas, es una totalmente lejana a nuestro concepto de esa solución.
Es como pensar que si el amor de mi vida me dejó, lo mejor que puedo hacer es volver a intentarlo con la misma persona.
Y no! ahí está la involución del ser humano. Ahí esta el poco amor propio que nos tenemos.
Son cosas que tal vez el ser humano nunca comprenda por más que lo entienda,
pero se que algún día algo o alguien nos va a hacer dar cuenta de estas cosas, y de lo fácil que es solucionar nuestra
vida y responder nuestras preguntas o dudas existenciales.